´´En estos momentos, es insuficiente y débil sofocar el dolor que nos embarga está perdida incalculable a la sociedad, a la familia y a nuestra institución. El colegio con orgullo agradece la oportunidad que nos dio de conocer su trabajo y sus ganas de forjar futuro al lado de nosotros, cultivando las mentes y dejando siempre lo mejor de sí.
Compañero, amigo, docente, descansa en paz´´
El pasado miércoles 01 de marzo el Liceo Antonio de Toledo realizó en sus instalaciones una eucaristía por el alma de nuestro docente, compañero y amigo Fabio Fernando Funeme Rosero que en vida y obra sobre la tierra marcó una huella significativa en nuestros corazones. De igual forma se impuso la ceniza a toda la comunidad toledista la cual participó de forma activa y respetuosa durante la celebración, reconociendo la importancia de dar inicio a la cuaresma con este signo que representa la humildad, la fragilidad del hombre y la brevedad de la vida.
Es este el inicio de una época de arrepentimiento por cada una de aquellas cosas que no nos han dejado ser mejores seres humanos cada día, en donde con nuestras palabras, gestos o tal vez miradas hemos ofendido a los demás, es el tiempo de pedir perdón y perdonar para sanar nuestro corazón, dejar de lado todo aquello que nos ataca y no nos deja ser felices, es el momento de cambiar, ser mejores y poder vivir más cerca a cristo.
Afortunadamente la misa oficiada por el sacerdote fue muy oportuna, pues sus reflexiones en torno a la importancia de la fe en momentos de crisis espiritual como la que vivimos en el mundo actual, se convirtieron en llamados a reencontrarnos con esa dimensión espiritual que los afanes del día a día nos hacen olvidar.
De igual manera resultaron muy significativas las ofrendas presentadas por los estudiantes toledistas, una en honor de nuestras familias representadas en el símbolo institucional panda que encarna la unidad familiar basada en los principios de calidad, respeto y amor. La otra, la presentación del retrato de nuestro compañero que nos evocó su cordialidad, sus buenas costumbres, su rectitud, así como sus enseñanzas, obras y convicciones.
Fue sin lugar a dudas un momento de introspección, reflexión y sobre todo conexión con el ser supremo quien nos llena de fortaleza para sobre ponernos a una dura pena.
LIC. PAOLA ROJAS
COORDINADORA DE CONVIVENCIA