Lema: “No puede decirse en qué lugar se habla un mejor español, porque no hay un castellano, sino muchos.” – Gabriel García Márquez
Los estudiantes del LAT tuvieron la oportunidad de trabajar las cuatro dimensiones de la lengua: la lectura, la escucha, la ética comunicativa y la escritura. Desarrollándolo de la siguiente manera:
- (lunes 22 de abril) Leer un texto corto – Reconocer el lenguaje oral como legado y medio de aprendizaje. En esta ocasión, por ciclos y edades los estudiantes tuvieron la oportunidad de leer un texto corto con el fin de reconocer una temática en particular y así desarrollar el lenguaje oral como medio y legado de transmisión de narrativas diversas y significativas.
- (miércoles 24 de abril) Escuchar una historia – Reconocer la escucha como parte integral de la comunión con el otro. En esta ocasión, los estudiantes tuvieron la oportunidad de escuchar una breve historia que se conectaba con la lectura realizada en la sesión anterior, con el fin de apropiarse y dar argumentos sólidos sobre la escucha activa.
- (jueves 25 de abril) Comunicar Izada de bandera – Reconocer la comunicación como eje de interacción y reconocimiento. En esta ocasión, se les rinde homenaje a los estudiantes destacados en la asignatura de Lengua Castellana y se realiza una muestra artística por cada nivel. Cada muestra artística estuvo relacionada con los diversos campos de la expresión: la danza, la música, las letras. Esto con el fin de mostrar que la lengua está más allá del aula y los libros. Esta se encuentra en los gustos diversos e indistintos de cada uno, en lo cotidiano y recurrente.
- (viernes 26 de abril) Escribir un mensaje o texto libre – Reconocer la escritura como eje transversal y transformador del pensamiento. En esta ocasión, se le rinde homenaje a la escritura y al papel, pues los estudiantes debían producir un escrito que se relacionara con lo trabajado en las sesiones de lectura y escucha, como resultado de la aprehensión que es tener una lengua diversa. Asimismo, y finalizando con las actividades es relevante entender que el español ha trascendido y su evolución es constante.
Algunas frases enunciadas el día de la izada de bandera:
1. Por una lengua libre
El castellano hablado anda por la calle, en cambio al castellano escrito lo tienen preso desde hace varios siglos en ese cuartel de policía del idioma que es la Academia de la Lengua. Tratar de liberarlo, reduciendo cada vez más la distancia entre el castellano escrito y el castellano hablado, es una tarea en que debemos empeñarnos los escritores de lengua castellana, y en la que de hecho estamos empeñados los novelistas latinoamericanos.
“Entrevista con Gabriel García Márquez”.
Libre, mayo de 1972.
2. De diálogos hablados y escritos
El diálogo en lengua castellana resulta falso. Siempre he dicho que en este idioma ha habido una gran distancia entre el diálogo hablado y el diálogo escrito. Un diálogo en castellano que es bueno en la vida real no es necesariamente bueno en las novelas.
El olor de la guayaba, 1982.
3. Una lengua olvidada
El problema más difícil de resolver en la práctica es el lenguaje. Los escritores de lengua castellana, los de aquí y los de allá, no conocemos ya ni siquiera los nombres verdaderos de las cosas. El nuestro es un idioma fabulosamente eficaz, pero también fabulosamente olvidado.
“Gabriel García Márquez”.
Ínsula, junio de 1968.
4. Una lengua diversa
No puede decirse en qué lugar se habla un mejor español, porque no hay un castellano, sino muchos.
“Nos entenderemos, aunque sea en español”.
Cambio 16, mayo de 1988.
5. El castellano que no es útil
Los colombianos decimos que hablamos el mejor castellano del mundo, pero eso es una tontería. La lengua que conservan las academias es una lengua de clase. Hay ciertas casas elegantes de Bogotá que tratan de conservar el castellano más puro del Siglo de Oro y resulta que esto es maravilloso para sus visitas, pero no les sirve para comprar nada en la tienda.
“Nos entenderemos, aunque sea en español”.
Cambio 16, mayo de 1988.
6. Sobre el español mexicano
El español más expresivo es el de México, que es, al mismo tiempo, el más impuro. Los mexicanos hicieron una mezcla del español y del náhuatl precolombino, con el resultado de que no aprendieron del todo el español ni se les olvidó del todo el náhuatl. Así nació el mexicano, que es un idioma más expresivo que los demás porque en ciertos casos encierra dos lenguajes. Me explico, como los mexicanos son muy púdicos, han creado un lenguaje que protege al otro. Es el lenguaje del pudor, en que ciertas expresiones inofensivas guardan la clave de otras más vivas y más directas.
“Nos entenderemos, aunque sea en español”.
Cambio 16, mayo de 1988.
7. Una literatura en lengua castellana
No hablemos más por separado de literatura latinoamericana y de literatura española, sino simplemente de literatura en lengua castellana. Esta división se hacía hace poco entre los propios países de América Latina, y ha sido olvidada ante la aparición simultánea e inexplicable de buenos novelistas en la mayoría de nuestros países.
“Gabriel García Márquez”.
Ínsula, junio de 1968.
8. El futuro del español
Dentro de cien años la América Latina será la América Latina de Bolívar: una unidad regional afirmada sobre los valores de cada país. Hasta el Brasil se habrá entregado del todo a esa América Latina y su portugués será una de las lenguas hermanas de la región. A pesar de las diferencias existirá un castellano con el que nos entenderemos todos. Y, en cuanto a España, no hay razones para alarmarse, porque con ella nos hemos entendido siempre; incluso en español, y acabaremos entendiéndonos también dentro de cien años.
“Nos entenderemos, aunque sea en español”.
Cambio 16, mayo de 1988.
9. Hacia una maternidad lingüística
El español tendrá el destino del latín: ser madre de idiomas. Conozco muy bien América Latina y dirijo en Cuba un taller de cine donde hay siempre un alumno de cada país hispánico de este continente. Pues bien, uno de ellos me dijo hace poco que hablo un esperanto latinoamericano. Tenía razón: como conozco todos los acentos, tengo el cuidado de hablar de manera que todos mis alumnos me entiendan.
“Nos entenderemos, aunque sea en español”.
Cambio 16, mayo de 1988.
10. La comodidad del castellano
Excluyendo las grandes obras maestras, prefiero leer una traducción mediocre que intentar leer algo en la lengua original. Nunca me siento cómodo leyendo en otra lengua, porque solo me siento verdaderamente compenetrado con el castellano. Sin embargo, hablo italiano y francés, y sé suficiente inglés como para haberme envenenado con la revista Time todas las semanas durante veinte años.
“Gabriel García Márquez”.
The Paris Review, 1981.
11. Una herencia española valiosa
No puede negarse que en América Latina existe una fuerte presencia de la cultura española, junto con la cultura portuguesa en el Brasil. Se encuentra en todas las manifestaciones de la vida y el castellano es el idioma que hablamos. Es un elemento de una gran riqueza, pero al mismo tiempo controvertido y despreciado muchas veces. Aunque esa herencia también forma parte de nuestra personalidad cultural, hay en Latinoamérica una falsa vergüenza por todo lo español que me parece excesiva y peligrosa y nos complica las cosas. Al contrario, yo me siento muy orgulloso de contar con este aporte y no me avergüenza en absoluto.
“Entrevista. Gabriel García Márquez”.
El Correo de la Unesco, octubre de 1991.